Cincuenta años de amor y comunidad: Ayuntamiento de Monzón rinde homenaje a ocho parejas que siguen caminando juntas

El Ayuntamiento y la Asociación San Mateo reconocen la trayectoria de vida compartida de ocho matrimonios que celebran medio siglo de unión

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Las fiestas de San Mateo, que han comenzado, no solo celebran la alegría colectiva, sino también la memoria íntima que sostiene a la comunidad. Este jueves, en un emotivo acto conjunto entre el Ayuntamiento de Monzón y la Asociación San Mateo, se rindió homenaje a ocho parejas que han cumplido 50 años de vida compartida.

La jornada comenzó con una misa en la Residencia Riosol y continuó con el acto central en el local de la Asociación, presidido por el alcalde Isaac Claver y la presidenta Pilar Carreras, acompañados por el concejal de Festejos, Jairo Sánchez, y otros miembros del consistorio.

Las parejas homenajeadas recibieron una placa conmemorativa y un ramo de flores como símbolo de gratitud y reconocimiento. Los nombres que hoy se inscriben en la memoria colectiva de Monzón son:

• Juan Ayen González y Mª Luisa Martínez Villanueva

• José Cosme Comet y Dolores Tarraubella Capdevila

• José Mª Palomera Castro y Matilde Fantova Lanau

• Antonio Alamán Galicia y Lourdes Lacruz Larré

• Crescencio Bailo Sarasa y María Rosa Lanau Subías

• Benito López Mañas y Trinidad Quesada Hervás

• José Forradellas Gimeno y María Pilar Casabón Raso

• Miguel Barón Riverola y Isabel Suárez Sánchez

El acto estuvo acompañado por las zagalas, zagal, zagaletas y zagaletes de las fiestas, reforzando el vínculo entre generaciones. Pilar Carreras destacó la importancia de hacerse socios de la Asociación, que ofrece múltiples actividades para mayores. Por su parte, el alcalde Claver recordó que “1975 fue el año en que estas parejas decidieron unir sus caminos, enfrentando retos y celebrando alegrías, transmitiendo valores al calor del amor”.

Como novedad, este año las orquestas se concentran en el local de la Asociación, fruto de un acuerdo de colaboración que refuerza el tejido comunitario.

Este homenaje no solo celebra el amor duradero, sino también la fuerza de la memoria compartida, el arraigo y la dignidad de quienes han construido comunidad desde el afecto.