Entre cumbres y silencios: la ruta de Ordesa, donde Aragón roza el cielo
En la antesala de los Pirineos, las montañas del Valle de Ordesa muestran el alma serena de Aragón, un paisaje que invita al respeto por la tierra
14/10/2025
Marco Tulio Vega
El camino hacia el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es, más que un recorrido, una experiencia sensorial. En esta imagen tomada en la ruta de acceso desde Torla, el horizonte se abre entre praderas doradas, laderas que guardan los últimos rastros de nieve y un cielo azul tan profundo que parece respirarse.
Ordesa es el corazón verde de los Pirineos aragoneses, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí nacen los ríos que esculpen el valle, crecen los hayedos milenarios y los visitantes encuentran una calma que no se compra: la que ofrece la naturaleza en su estado puro.
Desde Costa Rica, paisajes como los del Chirripó o el cerro de la Muerte nos hablan en el mismo idioma: el del respeto a la montaña, a su fragilidad y a su belleza esencial. En ambos rincones del mundo, el viaje no es solo geográfico, sino interior: una invitación a mirar la tierra con gratitud.
🌿 La montaña no pide aplausos, solo silencio y cuidado.