Ley 8533: La raíz legal de las ferias del agricultor en Costa Rica
Las ferias del agricultor son símbolo de dignidad rural y comunidad costarricense
04/09/2025
Marco Tulio Vega

En Costa Rica, cada fin de semana se vive un hermoso ritual que trasciende el comercio: las ferias del agricultor. Es toda una red de confianza entre productores y consumidores, donde lo fresco no es solo el alimento, sino también el vínculo humano. Un modelo, que en muchos países provoca admiración por su autenticidad, por ese respaldo legal que merece ser celebrado, como es la Ley 8533.
Promulgada en 2006, la Ley 8533 creó el Programa Nacional de Ferias del Agricultor como un espacio de mercadeo social exclusivo para pequeños y medianos productores. Esta legislación no solo garantiza precios justos y productos de calidad, sino que protege la soberanía alimentaria, la cultura rural y la economía familiar. En tiempos donde lo local se vuelve urgente, esta ley es un faro.
Desde Tiquicia Aragón, reconocemos el papel fundamental de la Junta Nacional de Ferias del Agricultor como ente rector y fiscalizador, así como el compromiso de los comités regionales que, semana a semana, sostienen la operación y el espíritu de cada feria. Su labor no solo organiza, sino que dignifica.
Para los costarricenses que viven en España, las ferias evocan el olor del culantro recién cortado, el saludo del productor que conoce a cada cliente por su nombre, y la certeza de que lo rural también es moderno cuando se gestiona con visión. Para los españoles que visitan Costa Rica o que viven en Aragón, este modelo ofrece inspiración.
Las ferias del agricultor son más que puntos de venta. Son plazas de identidad, de resistencia cultural y de economía solidaria. Son, en esencia, una forma de decir que lo campesino no es pasado, sino futuro.
Desde este periódico binacional, reafirmamos nuestro compromiso con la visibilidad internacional de las ferias costarricenses. Porque donde hay feria, hay comunidad. Y donde hay comunidad, hay país.