Ofrenda de Frutos del Pilar se abre a toda Zaragoza: tradición, solidaridad y comunidad

Una ofrenda que abraza barrios, distritos y memorias rurales: la tierra como símbolo de unión

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Este 13 de octubre, vecinos de todos los distritos y barrios rurales podrán participar en la Ofrenda de Frutos a la Virgen del Pilar. Un acto que une folclore, identidad y ayuda social, y que desde Tiquicia Aragón celebramos como espejo de las ferias del agricultor costarricenses, donde cada fin de semana se honra la tierra y se fortalece la comunidad.

Zaragoza se prepara para vivir una de las ofrendas más participativas de su historia. El próximo 13 de octubre, en el marco de las Fiestas del Pilar, se celebrará la tradicional Ofrenda de Frutos a la Virgen, organizada por la Federación de Casas Regionales de Aragón, con una novedad significativa: por primera vez, todos los ciudadanos que lo deseen podrán participar, previa inscripción.

El acto, que combina identidad regional, folclore y solidaridad, busca reforzar las reservas de entidades sociales como el Banco de Alimentos y El Refugio. Los primeros 400 inscritos depositarán sus alimentos en el camarín de la Virgen dentro de la Basílica, mientras que el resto lo hará en el retablo de Pablo Serrano, en la plaza del Pilar.

Estarán representados los 15 distritos urbanos y los 14 barrios rurales de la ciudad, manteniendo el espíritu comunitario que caracteriza esta celebración. La inscripción está abierta hasta el 26 de septiembre, mediante correo electrónico a ofrendadefrutos-barriosydistritos@zaragoza.es, incluyendo nombre, fecha de nacimiento, distrito y datos de contacto.

Desde Tiquicia Aragón, esta apertura nos recuerda las Ferias del Agricultor en Costa Rica, protegidas por la Ley 8533, donde cada fin de semana del año los productores ofrecen directamente sus frutos a las familias. Son espacios de encuentro, memoria y confianza, donde la tierra se convierte en puente comunitario.

La Ofrenda de Frutos zaragozana y las ferias del agricultor costarricenses comparten una esencia: la cultura como raíz solidaria. Dos territorios que, desde sus tradiciones, siembran comunidad.